jueves, 14 de enero de 2010

Camboya. Entre el misterio y lo desconocido

Apsara, deidad Khmer. Postal de Camboya (Yela).


Mapa del Viaje (haz click para agrandar)


Texto e imágenes: Juan Carlos

-Soup, no meat?- nos preguntó la mujer de cara redonda y rasgos asiáticos que atendía el restaurante en el que cada noche cenábamos.
–Soup!, no meat!- asentíamos como cada noche.
Debido al nulo conocimiento de la lengua local, ser viajero vegetariano en este país requiere de esfuerzos extras para hacerse entender en cada alimento; quizá por eso en los lugares donde habíamos logrado esa hazaña, no nos quedaba otra mas que convertirnos en clientes asiduos.
Esa noche (como todas las anteriores) el establecimiento se encontraba lleno, gente joven en su mayoría, miembros de una generación más globalizada y que en la superficie pareciera no tener trazos de los que sus padres tuvieron que vivir.

Mujer Camboyana

Durante la segunda mitad de los 70’s Camboya experimentó uno de los genocidios más brutales en la historia de la humanidad. En este país, como en muchos otros existía la pugna constante entre los que buscaban que el estatus quo de la época colonial continuara, contrario a los deseos de aquellos que a través de una revolución socialista buscaban imponer una sociedad menos polarizada y más justa. Para su mala fortuna, en el vecino Vietnam también la guerra se salía de control, sólo que ahí se enfrentaba el país autóctono contra el ejército militar más poderoso del momento que venía a invadir desde miles de kilómetros de distancia. Dicha guerra absorbió el momento difícil que se vivía en Camboya y lo catapultó al caos
La brutalidad de la guerra se apoderó de las mentes de los participantes, llevándolos a cometer eventos de violencia que hoy son imposibles de vislumbrar cuando la dueña del lugar, que entonces habrá sido solo una niña, llega y pregunta con una cara sonriente:
-Soup, no meat?

Mientras cenábamos, comentábamos las visiones que este peculiar país nos habían ofrecido: motocicletas, cientos de motocicletas, miles de motocicletas… quizá millones. ¿Nos preguntábamos qué se sentirá vivir en un país tan pequeño, con países vecinos que pareciera constantemente amenazan la soberanía? Nos parecía curioso observar como en esta sociedad, el dólar estadounidense y el riel camboyano se utilizan paralelamente en cada operación de intercambio monetario.

Caos vial

Ahh! Por fin llegaban los ingredientes con los cuales los comensales nos preparamos nuestra sopa al gusto. El procedimiento es el mismo para todos, los ingredientes cada quien los escoge así también el orden con el que se van añadiendo a la olla, con sopa que hierve en el centro de la mesa, sobre una diminuta hornilla de gas; una forma popular y económica que las familias o grupos de amigos optan para sus cenas cotidianas. En la atmosfera se nota una relación muy especial entre la gente y la comida.

Transporte colectivo

Al entrar triunfante el Khmer Rouge a la capital, la población urbana fue forzada a salir a los campos a trabajar la tierra. La clases educada y religiosa fueron acribilladas, el resto vivió muy precariamente por cerca de cuatro años en cooperativas, produciendo y comiendo lo mas básico, lo que necesariamente debió crear una visión singular (para estos tiempos) de relacionarse con la comida. Esta etapa termina cuando Vietnam (después de ganar su guerra) invade Camboya so pretexto de terminar el genocidio que se sometía a la gente de origen vietnamita viviendo en suelo Camboyano.

Naranja mecanica

Nada mejor para acompañar la cena que una cerveza, que aunque no tan barata (comparada con los precios de la comida) la hacen de buena calidad, el nombre? Angkor. Por supuesto, al igual que bares, restaurantes, hoteles y tiendas ese nombre resuena para todo lo que tiene calidad y orgullo.

Angkor Wat

Por cientos de años el imperio Khmer fue la luz y gloria del sureste asiático. Solo viendo las ruinas de Angkor Wat puede uno imaginar la magnitud y fuerza de dicho imperio. Difícil explicar en pocas palabras lo que esos monumentos y ruinas hablan del resplandor del espíritu humano. El concepto “El templo más grande del mundo” no es suficiente para captar lo que es su grandeza. Ver para creerlo, vivir para contarlo. Orgullo no solo para los locales que ese lugar haya sido creado; patrimonio de la humanidad que hoy mil años después es el mejor seudónimo de calidad que se le puede dar a una buena cerveza.

Pedimos la cuenta. Al salir en las calles seguía el mismo rio de motocicletas circulando sin cesar. Un día mas en Camboya; un día menos de viaje.



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