jueves, 4 de marzo de 2010

Desde Las Filipinas, ella es Ana, la novena niña.


Al nororeste de Manila, en una comunidad indígena reubicada a partir de la erupción del Monte Pinatubo, conocimos a Ana quien a través de su sonrisa y su amor por la naturaleza, dio voz a la novena niña de “Doce”.

Filipinas en cuanto al proyecto se refiere, siempre tuvo muchas expectativas. Cuando Juan trabajaba en IPC, conoció a Edicio de la Torre, un hombre filipino que ha tomado la educación como herramienta y arma para enfrentar las injusticias del sistema en su país. Él y la historia en común entre Filipinas y México puso a estas islas en la lista de posibilidades. Sin embargo la palomilla final se puso en septiembre del año pasado, cuando IPC recibió la visita de un grupo que lucha por los derechos de los niños y trabaja con niños de la calle de Filipinas. El trabajo que presentaron nos impresionó, pero sobre todo la calidez de la gente de Stairway Foundation Inc., fue el detalle final que nos invitó definitivamente a este país.
Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Manila, fuimos recibidos por gente de ELF, Education for Life Fundation (thanks Dada, Kai and Arnold), organización en la que trabaja Edicio, les expusimos nuestro proyecto y enseguida pensaron en conectarnos con la gente de Lakas, en Zambales (al noroeste de Manila). Así acompañados por miembros del equipo de ELF, llegamos a la comunidad, nos presentamos con ellos y expusimos nuestro proyecto y nuestras intenciones de dejar algo a cambio. En respuesta enseguida nos dieron un nombre: Ana.
Ella llegó al día siguiente acompañada de su madre. Hicimos la grabación y tomamos fotos de ella con su familia. Ana dejó en el noveno lugar, sin duda alguna, una sonrisa cálida, un contenido genuino en sus respuestas y una frescura juvenil que se manifiestan en el video y en la foto fija, digna representación de un país tan interesante, colorido y con tantos privilegios naturales.

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